Con ocasión de los sucesos de los últimos días, desde el  Instituto de Prensa y Libertad de Expresión IPLEX, nos permitimos reiterar algunos de los señalamientos que hiciéramos en el años el llamado que hicimos en junio de 2011. En aquella oportunidad señalamos que  los medios de comunicación y a los periodistas en general, que su mayor contribución a la libertad de expresión es un ejercicio ético y responsable de su profesión.

El IPLEX defiende la libertad de un medio de comunicación de decidir qué publica, aún cuando esto sea chocante para algunos, o de mal gusto para otros. Bajo ningún criterio el IPLEX estaría de acuerdo en que se pretenda controlar, de manera previa, las decisiones de los medios sobre su propia agenda.

Sin embargo, no escapa al IPLEX que las consecuencias de dichas decisiones pueden ser nocivas para los derechos de los individuos, la credibilidad de los medios y el apoyo para reivindicaciones necesarias para garantizar la libertad de prensa. En ese sentido, el IPLEX no puede pasar por alto el debate actual y, por el contrario, llama a los medios a respetar la dignidad de los individuos en sus coberturas.

El maestro colombiano, Javier Darío Restrepo, advierte que el sensacionalismo carece de dos valores fundamentales del periodismo: el compromiso con la verdad y el servicio a la sociedad.  El primero exige ir más allá del interés particular del periodista (la circulación o notoriedad, por ejemplo). El segundo obliga a considerar las consecuencias de la publicación y permite convocar a la sociedad en torno a una acción educativa. 

Un ejercicio ético y responsable del periodismo, con una visión de servicio social, asegura el apoyo de los lectores –que es a quienes se deben los periodistas en su labor cotidiana- y la credibilidad a largo plazo. Por el contrario, cuando se transgreden los principios básicos de la profesión, se arma a quienes pretenden cercenar la libertad no solo de la prensa, sino de la población en general.

El debate sobre la ética periodística en una sociedad pluralista y democrática debe ser abierto y libre. Esto impone a los medios una labor no solo de participar y defenderse, pero también de escuchar y proponer. Los medios son los primeros llamados a ejercer la tolerancia que ellos a su vez reclaman del resto de la sociedad. Las exigencias por un periodismo más ético por parte de la población son válidas, legítimas y deben ser atendidas. 

Tal como lo ha dicho la Relatoría para la Libertad de Expresión en relación con el tema de la ética periodística.  “El antídoto de las expresiones equivocadas, peligrosas u ofensivas debe consistir en que quienes no estén de acuerdo con las manifestaciones originales hablen más, en lugar de restringir las posibilidades originales de que se expresen.” Los medios deben ser consecuentes y promover un pleno debate respecto de su labor.

Hoy, el IPLEX  reitera el llamado a los medios, a los periodistas,  a los distintos grupos sociales y a la población, a debatir sobre el ejercicio ético del periodismo, y a los medios, a escuchar y proponer. Asimismo recuerda que se debe evitar cualquier tentación de regular, de manera previa, el contenido de los medios de comunicación.